INFORME PSICO-SOCIOLÓGICO SOBRE LA NECESIDAD DETECTADA
Debido al alarmante y emergente aumento de la pobreza que está incrementándose de forma exponencial a raíz de la crisis y su onda expansiva devastadora en todas las áreas de la sociedad, uno de los sectores de la población que ha sufrido un aumento estadísticamente significativo es, tristemente, el de las personas en riesgo de exclusión, desahuciados, drogodependientes, alcohólicos, “sin-techo”, inmigrantes, menores extranjeros no acompañados, y un largo etcétera de una buena facción de personales que muestran necesidades reales, vitales y de carácter emergente e inminente, por la precariedad de su situación vital de postración en las calles y excluidos o al borde una exclusión difícilmente reversible.
Los sitios o entidades, albergues y demás locales que en la actualidad tienen como objetivo paliar las consecuencias de la exclusión social por diversos motivos, como por ejemplo, la desnutrición, el consumo de estupefacientes, el alcoholismo, el ostracismo, la comorbilidad y otras confluencias de psico-patologías asociadas a la pérdida de roles sociales por exclusión social, no logran abastecer, ni de lejos, la demanda y necesidad reales y de carácter urgente e inmediato que hay en nuestras calles, además de obviar totalmente el carácter preventivo que debe acompañar necesariamente a todo programa de acogida que pretenda una restauración y reinserción completas del individuo como ser humano y social digno y con derechos bajo el amparo de nuestra actual constitución, los cuales parecen haberse quedado bien escrito en la constitución pero no reflejarse en el día a día.
Hemos detectado una necesidad muy fuerte en este tipo de población, en concreto en una parte de la misma que ha ido sufriendo las consecuencias de una institucionalización que ha generado dependencia en ellos volviéndolos seres que deambulan entre diferentes centros y locales sin terminar de “cortar el cordón umbilical” por centrase, tales centros, tan sólo en aspectos vitales, como las necesidades básicas (alimento, techo, higiene, fármacos), pero que finalmente sólo perpetúan una relación insana de dependencia que se cronifica y satura tales servicios, por recibir una atención insuficiente en áreas que van más allá de las vitales, como la adquisición de una formación y competencias necesarias para afrontar la realidad del mundo en que vivimos.
Entendemos que la problemática subyacente en las vidas de estas personas que están al límite de la exclusión, o que ya lo fueron o que vinieron ya excluidas de otros países, es mucho más profunda y compleja y debe ser entendida y vista a través de un prisma de ópticas que con la ayuda de un equipo multidisciplinar y en continua relación y comunicación bidireccionales entre las diversas instituciones públicas y las entidades no gubernamentales, trabajen juntos para abordar tal problemática cuantitativa y cualitativamente para no sólo paliar el problema de las personas en riesgo de exclusión, sino dotarles de habilidades, estrategias, recursos humanos y materiales, dignidad y oportunidades mínimamente suficientes para lanzarlos a una sociedad que aún se tambalea por el daño causado por la crisis económica y por un mercado laboral cada vez más exigente con una formación diversificada y altamente cualificada.
Nuestro rol en este aspecto es clave, dado que hemos observado por la experiencia de nuestro propio equipo y centro unos resultados que podemos demostrar con nombres, apellidos y testimonios de personas de verdad, reales, cuya motivación promovida y cultivada en las diferentes parcelas en que dividimos nuestro tratamiento de reinserción, les ha orientado y motivado hacia la consecución de las metas y objetivos necesarios para romper finalmente con ese cordón umbilical del que hablábamos con anterioridad, consiguiente que interioricen una independencia sostenible en el tiempo.
Pretendemos así conseguir implantar proyectos asequibles y viables de vida personalizados y trasladables a la cotidianeidad y necesidades/demandas del entorno más próximo de nuestros usuarios, yendo desde lo más básico hasta lo más elevado, para finalmente conseguir como objetivo que el usuario sea partícipe de su propio desarrollo y reconexión con la sociedad recuperando la total dignidad a través del apoyo cognitivo-conductual y emotivo-motivacional de todo un equipo multi-disciplinar que a través de paso por diferentes niveles y fases va a ayudar al usuario a ejercer un proyecto de vida autónomo con independencia del centro y de las instituciones.
Consiguiente nosotros además un posterior seguimiento de la persona tras la instauración e interiorización de nuestro programa de actuación para que pueda en la vida real y totalmente de forma independiente llevar un estilo de vida integral, reinsertado, rehabilitado en la medida de sus posibilidades o limitación psico/fisiológicas, y evitando por tanto el continuo ir y venir de estas personas tan necesitadas que hasta ahora parecen estar yendo y viniendo como a través de puertas giratorias.
Nosotros nos proponemos diseñar e implantar proyectos integrales e integradores que ayuden a terminar con esas puertas giratorias y promuevan de manera efectiva la autonomía vital y humana de sus beneficiarios.
Samuel Cabezos Oria
(Neuropsicologo voluntario de HOREB – Hogares de reinserción y Bienestar)